Cómo estaremos
de hartos que no me ha hecho ni cosquillas lo de la mafia Pujol. Un escándalo más
que añadir a la interminable y obscena lista de tropelías de nuestra intocable clase
dirigente. Aquí nuestros próceres, desde la sala del trono a la bancada de mi
ayuntamiento, no nos han privado de nada del panorama de la rapiña a plena luz
del día, arropados en la mayor de las impunidades y de las desvergüenzas, consentidas
y aplaudidas por unos votantes que más que de ciudadanos responsables ejercemos
ante la corrupción como estúpidos aficionados de club, disculpando a los
nuestros y clamando contra los contrarios.
En el timón
del yate de lujo de nuestra democracia colocamos a un campechano playboy
despendolado que a la vejez viruelas y los siento no volverá a ocurrir. No era impredecible
que a partir de ahí el personal de a bordo se dedicará a la juerga marinera y
el despelote total. Por allí corría una princesita de ojos marrones tras un gangster
de músculos robustos y sonrisa profidén. Roldán, no el del cantar sino el
calvo, esquivaba en calzoncillos, tras cien años de honradez, a los huerfanitos
de la Guardia Civil. Barrionuevo y Vera, emulando a los agentes de la T.I.A.,
se escondían con sus pistolas de juguete tras las plácidas hamacas, esperando
sorprender al señor X, arrobado en contemplar Flick o Flock, Filesas o Rumasas.
Un señor bajito, con bigotes y acento californiano aflautado sacudía a popa con cierto
disimulo la alfombra de Gescartera para tenerla limpita en la foto de
las Azores. Por la aleta de estribor se
escurrían tres formales caballeros del departamento de sobres jugando al que
reparte, reparte se queda con la mejor parte, en diferido y en Suiza. Por allá
un galán de la Albufera cambia de traje
sin pudor, delante de todo el mundo: que hay que estar guapo, que va a venir el
Papa y algo sacaremos de la televisión. Alguno
hace gorgoritos de tenor del Palau en el water del camarote… y mientras los
paparazzi y sus amigos de las teles les
sonríen las gracias y les piden esas poses vips que también quedan en Coraçón –Coraçón.
Por lo demás, a la aguerrida y sindical tripulación no le podemos pedir que ponga orden en este
crucero de la desfachatez, suficiente tiene con capear ella las malditas e imprevisibles marejadas de Eres
y Alayas.
No es extraño,
pues, que a nuestro serenísimo presidente de gobierno, al ser preguntado en la
floreada rueda de prensa de ayer sobre esto de la corrupción, le diera el tic
del ojo derecho y contestara pues eso, que tarariii, tarariii y que el guapo de la competencia nos prometa
la cándida transparencia, cuando lo que estamos exigiendo, porque “podemos” y
estamos hasta los metatarsos, es honradez, integridad, justicia y restitución
total del dinero saqueado y chuleado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario