Vaya por Dios otra ocurrencia de
la directora general de tráfico, la señora Seguí (genial apellido para la jefa
de los polis de las multas). Después de lo del millón de cartas, que ya es gana
de tirar dinero, invitando a dar de baja los coches viejos y animarse a comprar
uno nuevo. No acabo de ver yo que, en medio de esta abundancia en la que
nadamos, el personal va a salir corriendo a los concesionarios. Desde luego mi
padre que murió hace veinte años y que ha sido uno de los afortunados
destinatarios, no va a poder dar satisfacción ni respuesta a tan entusiasta
misiva y yo no tengo ninguna apetencia de andar buscando el 127 que destartalado
abandonó esta casa allá por los 80.

Y así que una más para la
generación del baby-boom. No ha sido suficiente en convertirnos en “Petra
criada para todo” de los nietos, en ONG de auxilio familiar para los
damnificados de la exitosa reforma laboral, en chufla de los aumentos de las
pensiones y de copago de santa Rita rita, que ahora nos quieren hacer magra
carne de cañón de las acogedoras autoescuelas. Y digo yo ¡que ya está bien
de encima poner la cama!
No hay comentarios:
Publicar un comentario