viernes, 13 de junio de 2014

LA MONARQUÍA SE NOS HA VUELTO LAICA.


Para sorpresa mía una inmensa mayoría de los católicos de este país hemos acogido con normalidad y hasta con satisfacción el hecho de que la proclamación del rey Felipe VI, a diferencia de la de su padre, se haga sin actos ni símbolos religiosos.

Los motivos pueden ser muy distintos, pero todos coincidimos en que ya no vale el mantener la presencia monopolizadora de lo religioso católico por razones históricas patrias, identificadas siempre con  lo cristiano, o por ese artificio estadístico de que los católicos somos la confesión religiosa mayoritaria. Cosa bastante discutible para cualquier observador atento de la situación de esas masas que se manifiestan católicas, ya que verá que ese "ser católico" es más que nada una expresión nostálgica de un “pertenencia cultural”, una pertenencia sin creencia y con una nula identificación con la Iglesia.

Va siendo hora de que los actos religiosos se vivan desde la fe, personal o colectiva y no desde las apariencias de fe vinculadas a intereses políticos y culturales. A  mi, como creyente en Cristo, me desconcierta ver a políticos no creyentes en una celebración eucarística, por ejemplo con motivo de los llamados funerales de estado o de las fiestas patronales, y, para mayor oprobio, ocupando un lugar de honor y hasta ser incensados con solemnidad pontifical.

Jesús nos dijo: “no echéis vuestra perlas delante de los puercos” (ojo, tomarlo metafóricamente)  y los primeros cristianos practicaban la “ley del arcano”, ocultando los sacramentos a la mirada de quienes eran incapaces de venerarlos. Me gustaría que los cristianos actuales cuidáramos más no solo la protección de datos, sino también de la del misterio. 





domingo, 8 de junio de 2014

LA MURALLA DE PLASENCIA DECLARADA BIEN DE INTERÉS CULTURAL.

Pero ¿Qué se pensaban esos señores estirados de la Unesco? ¿Que la cosa se iba a quedar así: sin patrimonio ni humanidad? ¡Qué poco nos conocen! A ver si vamos a tener la novena maravilla del mundo sin sacarle el jugo. Que ellos por inquina cochina nos niegan aquel título rimbombante, pues mira por dónde nos ha venido del cielo la declaración de bien de interés cultural para nuestra muralla. Sólo ha sido necesario colocarla de callejón de toriles y ya sabemos que nuestro congreso legisla que «la tauromaquia forma parte del patrimonio cultural digno de protección en todo el territorio nacional». ¡Qué envidia le va a dar a su hermana de Ávila, que jamás se le podría ocurrir una idea tan pintoresca! Hombre, lo que no acabo de entender es por qué no han colgao otro de estos afiches taurinos en la portada de la catedral. ¡En Plasencia somos la leche!